Dr Levi Marte

Uso de Andador

La Academia Americana de Pediatría (AAP) le sugiere a los padres que no les den un andador para bebés a sus hijos. De hecho, ha pedido la prohibición de su manufactura y venta en Estados Unidos.

Estas son mejores alternativas:

Usa un centro de actividades estacionario. Se parece a un andador, pero no tiene ruedas.

Ofrécele a tu pequeña un vagoncito o carreta. Solo asegúrate de que tenga una barra para empujar y que el juguete no se vuelque si tu hija se apoya en él para ponerse de pie.

Los jardines son espacios seguros donde los niños pueden practicar la acción de gatear, sentarse, ponerse de pie y caminar.

¿Por qué pueden ser peligrosos los andadores?

Se puede creer que el andador es seguro para los niños, ya que les mantiene entretenidos mientras los padres realizan otras tareas. Sin embargo, en un andador el niño se mueve más rápidamente y dispone de mayor movilidad y alcance, lo que puede provocar caídas por las escaleras, accidentes con estufas, picos de mesas o puertas de cristal. Proporcionan un equilibrio limitado a un niño que todavía no es capaz de mantenerse en pie o caminar. En caso de inestabilidad, vuelcan fácilmente.

¿Cómo se pueden producir las lesiones?

¿Qué hay que tener en cuenta al comprarlos o antes de utilizarlos?

La Alianza Europea para la Seguridad Infantil no recomienda el uso de andadores debido al alto riesgo de lesiones que suponen para los niños. Esto también se menciona en la declaración de postura conjunta de la Alianza y ANEC (voz de los consumidores en materia de normalización) que recomienda que se elijan alternativas más seguras que los andadores e insta a los profesionales sanitarios a que no fomenten el uso de los mismos.

En muchos países se han promovido modificaciones en el diseño para conseguir andadores más seguros (base más ancha, por ejemplo).

Si a pesar de todo, se decide comprar un andador, es importante seguir las siguientes recomendaciones:

¿Cómo utilizar el andador de manera segura?

Esta información esta basada en la Guia de la Alianza Europea para la seguridad infantil. Noviembre 2013 :  M.Sengölge, J.Vincenten, Child Safety Product Guide: potentially dangerous products. Birmingham: Alianza Europea para la Segundad Infan , Eurosafe, 2013. Traducción española: Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Guía de seguridad de productos infantiles. Madrid, 2014. 2º Edición 

En otras palabras…

* El Andador cuatriplica el riesgo de caer de una escalera.
* Le puede dar acceso al niño a cosas peligrosas, como tomacorrientes, punzocortantes, productos abrasivos de limpieza, objetos pequeños con los que se ahogan, agua hirviendo entre otros riesgos.
* Causa golpes en la cabeza y en la cara, cuando el chiquillo “se arranca” por debajo de los muebles. ¿Has visto la velocidad que agarran los condenados? Las andaderas no traen frenos.
– Me dirás que en tu caso no, porque tú eres muy cuidadoso, pero es una realidad estadística, y todos somos parte de las estadísticas.
– Además,- agregué- no ayuda para su desarrollo:
* El niño de andadera se retrasa entre uno y dos meses para caminar. Son estadísticas, otra vez.
Lo que pasa, es que al no cargar con su propio peso porque lo carga la andadera, el niño no desarrolla la fuerza necesaria en los músculos de sus piernas. Si la usa por mucho tiempo, retrasará aún más sus primeros pasos.

*Cuando ya por fin caminan y se caen, lo que sucede todo el tiempo, no meten las manos porque están acostumbrados a usarlas para manipular los juguetes de la charola, así que se impactan en la cabezota, en la boca y en la nariz. Mala idea.
* Aprenden a caminar inclinados hacia adelante y de puntitas y eso no es normal (como el nene de la foto, que saqué de internet). El niño sin andadera suele andar de puntas, pero no echa el cuerpo hacia adelante. El de andadera sí y eso no es bueno. No es natural y le causa problemas de equilibrio.
– El mejor gimnasio para tu bebé es el piso, en donde pueda girar, gatear, revolcarse, levantarse y volverse a caer y al final caminar. Búscale el espacio adecuado. Puedes recubrirlo con un material ahulado para que los impactos no lo lastimen- sugerí – ahora hay muy buenas opciones, como el “foami” o como se llame el material ese.
Si a pesar de todo esto, insistes en la andadera (por culpa de tu suegra, que ya te la regaló y te dice que le costó un dineral y además es “último modelo”) te recomiendo:
* No lo subas antes de los ocho meses o hasta después de que ya se siente solo.
* No lo pongas más de quince minutos y no más de tres veces al día.
* Vigílalo como si fuera Pelé en el área chica (pon tu delantero favorito que yo soy de la vieja guardia), no sea que cooperes con las estadísticas del niño descalabrado en la escalera o quemado con la estufa.

La pregunta es, querido lector: ¿Qué decidirás tú?

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